Esta pieza quiere representar el paisaje idílico como imagen de la paz mental.
Esta pieza no surge de fotografía, ni del natural.
Esta pintura no tiene localización geográfica.
Este escenario surge del recuerdo y el anhelo, de crear un lugar para evadirse. Un espacio que pretende presentarse amable desde un imaginario personal y colectivo, donde no pasa nada.
Ni siquiera el tiempo.
En clave más personal, muestran qué busco yo al pintar: paz mental, un rincón de refugio donde respirar profundamente y donde la bruma mental y las preocupaciones se disipan.
El guiño al mar, siendo de Valencia, es un relato que se escribe solo, y si el espectador presta atención casi podrá escuchar las olas.
- Obra original realizada en óleo sobre tabla.
- Medida completa de la obra: 100×100 cm.
- Obra no enmarcada.